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Expertos abogan por el uso racional del agua subterránea frente al cambio climático

Los hidrogeólogos insisten en que el agua subterránea almacenada en los acuíferos es un recurso de primera necesidad, imprescindible para el abastecimiento de la población, para regadío e industria, y para el sostenimiento de muchos ecosistemas y piden una buena gestión para ayudar a mitigar el cambio climático

Durante los días 20 a 27 de septiembre del presente año 2019, se celebró en Málaga el 46º Congreso Internacional de Hidrogeología, organizado por la Asociación Internacional de Hidrogeólogos (AIA-Grupo Español) y entre sus conclusiones destaca que las aguas subterráneas, dada su capacidad de regulación natural, “pueden ayudar a mitigar los efectos del cambio climático, especialmente en épocas de sequía“.

Así lo afirma el director del Centro de Hidrogeología de la Universidad de Málaga (Cehiuma), Bartolomé Andreo, que insiste en la necesidad de avanzar hacia un aprovechamiento racional de los acuíferos.

Como principales conclusiones de este encuentro, los investigadores señalan la necesidad de definir los límites y la geometría de los acuíferos, además de caracterizar su funcionamiento hidrogeológico, siempre a partir de métodos específicos adecuados, que combinen las técnicas convencionales con otras más modernas.

“En un contexto de cambio climático, en el que la escasez de recursos hídricos es cada vez más patente, la hidrogeología, ciencia que estudia las aguas subterráneas, está llamada a aportar soluciones para cuantificar adecuadamente los recursos disponibles y caracterizar, e incluso modelizar, el funcionamiento de los acuíferos”, ha apuntado Andreo.

El catedrático ha afirmado que “solo así se podrá llevar a cabo una adecuada gestión y protección de las aguas subterráneas compatible con un desarrollo sostenible”.

Sobreexplotación

La sobreexplotación de estas reservas estratégicas de agua fue, por tanto, otro de los temas abordados en el congreso. Algunos resultados evidenciaban que, en países como China, España y otros mediterráneos, el aprovechamiento de acuíferos costeros ha provocado intrusión marina y salinización del agua extraída mediante bombeo por la mezcla del agua subterránea y la del mar.

“La calidad de las aguas subterráneas se deteriora prácticamente al mismo tiempo que se produce el desarrollo de la actividad humana”, asegura Andreo, quien añade que el impacto de la agricultura y de las grandes urbes es cada vez más notorio. “Resulta imprescindible su protección, implementar medidas de gestión encaminadas hacia su almacenamiento sostenible”.

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