Infraestructuras Hidráulicas

 La necesidad de disponer de suficiente agua para atender la demanda insular, así como la ubicación de los puntos de aprovechamiento hidráulico y su distancia con los de consumo, ha ido extendiendo por toda la geografía una extensa red de infraestructuras muy singulares, todas ellas caracterizadas por la austeridad y racionalidad en su ejecución con el objetivo constante de encontrar tan preciado elemento.

Entre las infraestructuras hidráulicas ejecutadas por la iniciativa privada, destacan por su valor social, económico, patrimonial y etnográfico:

 Galerías

Obra de minería consistente en la excavación de túneles horizontales, con una leve pendiente ascendente para permitir la salida del agua por gravedad hasta la bocamina, con una sección variable de 1 a 2 metros de ancho por 2 de alto, con forma de bóveda y profundidad variable que llega, en algunos casos, hasta los 5.000 metros.

Inicialmente se ejecutaron con técnicas y medios de perforación muy rudimentarios, pero el auge de la actividad, especialmente durante el siglo XX, permitió tecnificar estas labores con ayuda de dinamita, martillos de aire comprimido, motores para mejorar las condiciones ambientales y sistemas ferroviarios para la extracción del detritus procedente del avance del frente –punto más profundo– de la galería.

 La hetereogeneidad de las capas geológicas de los terrenos atravesados hace que, en ocasiones, donde éste es menos compacto, se deba recurrir al reforzamiento de la bóveda con arcos de medio punto ejecutados mediante anclajes metálicos.

 En Tenerife existen casi 1.000 galerías, la mayor parte de ellas emboquilladas a la cota 400-500 sobre el nivel del mar, con rumbo también en la mayoría de los casos hacia la zona dorsal de la Isla, en donde se ubican los acuíferos más caudalosos.

 Pozos

Los primeros pozos eran de escasa profundidad y contaban con medios manuales para la extracción del agua mediante tornos o roldanas.  Con el paso del tiempo estos medios se fueron innovando, dando lugar a la aparición de algunos molinos o norias que aprovechaban la energía eólica como fuerza motriz de ingenios de bombeo propios del siglo XVI.

 El desarrollo de estas técnicas de perforación verticales dio lugar a una técnica singular, conocida como pozo canario; pozo con diámetros de hasta 3 metros que se profundizaban hasta los 400 metros.  Esta amplia sección permite el acceso de personas al interior mediante el uso de elementos de izado, conocido popularmente como cacharrón, utilizado tanto para el transporte del personal como para las tareas de desescombro.  El diámetro del pozo permite también que, una vez alcanzado el punto más profundo, puedan ejecutarse galerías radiales que perforan el terreno en varias direcciones en busca del agua.

 En la segunda mitad del siglo XX, la ejecución de pozos se vio mejorada por la incorporación de tecnologías de percusión, roto-percusión y rotación, que con ayuda de medios mecánicos permiten taladrar el terreno con una mayor velocidad de avance de las obras aunque con un menor diámetro, lo que impide la ejecución de galerías en su interior a diferencia de lo indicado para el caso del pozo canario.

 Actualmente existen 500 pozos y pozos-sondeo, situados mayoritariamente entre la cota 200 y 400 sobre el nivel del mar, con el objetivo todos ellos de alcanzar los acuíferos costeros.

 Molinos de agua

Actualmente en desuso, fueron elementos muy utilizados, especialmente en el Valle de La Orotava, siendo movidos por el agua en su discurrir desde las zonas de cumbre hasta las costeras para la molienda del grano en la elaboración del gofio. 

Sólo están en funcionamiento dos de estos molinos, aunque llegaron a existir 13 unidades solo en esta zona de la Isla, lo que constituye una importante muestra etnográfica de nuestra cultura.

 

Centrales Hidroeléctricas

Al igual que los molinos de agua, actualmente se encuentran en desuso.  Fueron utilizados para la generación eléctrica aprovechando el salto de agua entre los puntos de alumbramiento y los de consumo, gozando de gran popularidad y siendo conocidos por la población como “la hidro”.

 Destaca la hidro existente en el Valle de La Orotava.  Otro ejemplo de esta infraestructura que asoció el agua y la producción eléctrica es la hidro de Güímar, que generó electricidad a partir de 1929 con agua proveniente de la Comunidad de Aguas Ríos y Badajoz.

 Estas infraestructuras constituyen una muestra del aprovechamiento sostenible del agua, que en su recorrido desde la cumbre hasta la costa, además de satisfacer la demanda de agua, permitía la generación eléctrica y la producción industrial del gofio.

 

Canales, acequias y atarjeas o tajeas

 Los canales son conductos de forma rectangular, normalmente a cielo abierto y de obra fábrica, que aducen volúmenes significativos de agua de un punto a otro, permitiendo el trasvase de caudales entre zonas de la Isla a varias decenas de kilómetros de distancia y atravesando una orografía abrupta permanentemente cortada por barrancos y barranqueras.

 Las acequias son excavaciones hechas en el terreno y reforzadas lateralmente con muros de piedra o de obra de fábrica para permitir la aducción del agua de un punto a otro.

 Las atarjeas o tajeas son construcciones similares a las acequias pero de menor tamaño, en muchas ocasiones aprovechando la propia orografía del terreno.

 Esta red de canales y acequias se extiende por toda la Isla y permite la interconexión de diferentes zonas, con una longitud total superior a los 4.000 kms.

 La progresiva introducción de conductos de materiales ferríticos o plásticos, ha ido sustituyendo el uso de las acequias y atarjeas o tajeas en muchas zonas de la Isla, siendo parte de la amenaza de un patrimonio de relevante valor histórico en muchos casos.