cab27c1a-3f2b-466a-afea-ecfb53134a18_21-9-aspect-ratio_default_1092801

Jesús Mesa: su sabiduría y su vida por el agua de Canarias

eldiaUno de los rasgos capitales de Jesús Mesa es la conciliación, el diálogo y la intermediación

El pasado miércoles 20 de octubre murió César-Jesús Mesa Hernández, una persona singular y excepcional, cuya trayectoria procede conocer y difundir como referente de varias generaciones. Con datos de su familia, amigos y vivencias propias hemos reconstruido esta semblanza biográfica.

Nació en Arafo el 31 de mayo de 1922 –en poco más de 7 meses hubiese cumplido 100 años–, hizo los estudios primarios en su pueblo y realizó la prueba de ingreso para la Enseñanza Secundaria, conforme a la normativa del Ministerio de Instrucción Pública de la República, en junio de 1936. Pero el 18 de julio se inició la Guerra Civil que afectó a toda su familia, de sensibilidad republicana; así se frustró su previsto ingreso en el bachillerato.

Durante la guerra y posguerra, en los ratos libres que le dejaba el trabajo del campo –que realizó desde los 14 años en los terrenos de sus padres– lee cuanto encuentra. Entre los pocos libros que tenía a su alcance estaba un Código Civil, sin tapas ni índice, de un pariente cura que hubo en la familia. Al no tener índice tenía que leer y releer para encontrar lo que le interesaba. Y con su buena memoria recordaba literalmente bastantes artículos. Sigue leyendo geografía, historia, filosofía, poesía clásica y literatura narrativa, de la que le interesaba la que fuera verosímil, y menos la fantástica. La biblioteca que lentamente se fue haciendo refleja estos gustos. También tenía interés por la historia política, de la que nació su deseo de participación activa en la sociedad, si bien su ideal de la política -ausente de demagogia y altruista- no encajaba bien con los tiempos que le tocó vivir, poco adecuados a su ideal de democracia. Se consideraba un político frustrado.

Hizo el servicio militar, durante la segunda Guerra Mundial, en el parque de artillería como cabo comandante de los polvorines de Arafo y Güímar. Después inicia la labor de investigación, perforación y alumbramiento de aguas subterráneas de galerías y luego de pozos. La necesidad práctica le lleva a interesarse por la hidrogeología y el derecho, de forma autodidacta, pero de las que resultó ser un verdadero erudito.

Leer más – El Día