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El cambio climático traerá trombas de agua y se perderán playas

Gran Canaria publica el primer estudio en el Archipiélago sobre los efectos del calentamiento global y alerta de la necesidad de reforzar infraestructuras y de preparar a la población

El Diagnóstico de Riesgos, Vulnerabilidades y Adaptación al Cambio Climático en Gran Canaria ha constatado la existencia de una amenaza severa por fuertes descargas de agua, una importante subida del nivel del mar y la necesidad de acometer medidas de adaptación por la también constatada vulnerabilidad de las infraestructuras ante estas circunstancias, informó ayer el Cabildo de Gran Canaria, administración con la que no pudo colaborar el entonces coordinador del Observatorio Canario de Cambio Climático, Ezequiel Navío, tras prohibírselo la viceconsejera regional de Medio Ambiente, Blanca Pérez, tal y como desveló el propio Navío en un informe desvelado por DIARIO DE AVISOS.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, presentó ayer las conclusiones preliminares de este estudio, el primero que realiza una institución en Canarias, y explicó que la iniciativa se enmarca en el Pacto de los Alcaldes, con un coste de 94.000 euros, así como que fue presentado en 2017 a la Convocatoria de Ayudas de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica, que lo seleccionó entre 400 propuestas y le concedió una ayuda de 66.000 euros, a los que la institución insular sumó 28.000.

Por su parte, el consejero responsable del Consejo Insular de la Energía, Raúl García Brink, explicó que el estudio, que ahora permitirá realizar uno para cada municipio, se dividió en dos subproyectos -sectores productivos y salud humana, por un lado, y por otro biodiversidad, energía y agua-, y que finalmente analizó siete aspectos: los riesgos climáticos, la resistencia de las infraestructuras, la reducción de los gases de efecto invernadero, la biodiversidad, con especial atención a las especies invasoras, la biodiversidad desde el punto de vista de los fuegos forestales, la participación ciudadana y los sectores productivos.

Especialmente llamativa es la subida del mar en algo más de dos milímetros al año, lo que en cinco supone un centímetro en vertical, pero tierra adentro, en horizontal, conlleva mucho más: que el agua se adentre seis o siete metros en apenas un par de años, lo que implica perder metros de playas, trasladar las infraestructuras situadas en la costa, reforzarlas para que aguanten fenómenos adversos como las trombas de agua y vientos, y además que estén 100% alimentadas de energías renovables.

 

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