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El tesoro de las minas de agua

Los años 20 del siglo pasado marcaron un antes y un después en el desarrollo de Canarias. Fue cuando se comenzaron a perforar galerías y pozos para extraer agua. Un siglo después son muchos los que apelan a un nuevo impulso de la investigación de los recursos hídricos subterráneos y también a exportar el conocimiento que ya se tiene.

 

El ingenio y el esfuerzo de la población para obtener agua en unas islas donde es un bien escaso y de difícil acceso ha sido una constante en la historia de Canarias, pero no fue hasta hace 100 años cuando el desarrollo del Archipiélago dio un salto cualitativo gracias a la perforación de pozos y, sobre todo, de galerías para la extracción de agua. Un siglo después, ingenieros como Juan Carlos Santamarta, del grupo de investigación Ingenia (Ingeniería Geológica, Innovación y Aguas) de la Universidad de La Laguna (ULL), creen que es necesario hacer «un gran estudio global de investigación de los recursos hídricos subterráneos de todas las islas como se hizo en el año 1975, pero con las técnicas del siglo XXI». El objetivo: «Saber qué va a pasar con el agua en los próximos 20 años».

Pero, mirar al futuro, dice Santamarta, no es olvidarse del pasado, sino mejorarlo, por eso, además de la desalinización, siempre que en ella se empleen energías renovables, apuesta firmemente por «averiguar si es posible obtener más agua subterránea de una manera sostenible, es decir, sin drenar más agua que lo que se recargue el acuífero».

Para eso, dice, se tendría que analizar qué explotaciones son viables o, en su caso, determinar si sería posible construir más o mejorar la eficiencia de las que ya están construidas. A su juicio, no se trata únicamente de explorar nuevas, sino quizás de optimizar las que hay porque Canarias, recuerda, «es una de las zonas con mayor número de explotaciones mineras del país vinculadas exclusivamente a la obtención de agua».

En el Archipiélago hay más de 1.660 galerías y cerca de 2.950 pozos, un importante patrimonio hidrológico que, a su juicio, es un tesoro que no puede quedar en el olvido, de ahí que desde este miércoles y hasta el día 22 se haya embarcado en un proyecto que lo llevará, junto a otros expertos, a Oviedo, León, Madrid, Sevilla y La Laguna, donde va a explicar cómo es la minería hidráulica que se practica en Canarias desde hace 100 años. Se trata de un ciclo de conferencias que, bajo el título La cultura minera del agua en Canarias, arrancan el día 7 en Arucas (Gran Canaria), en las que se tratará de describir las singularidades hidrogeológicas las Islas, como es el abastecimiento del agua y cómo son las obras de captación y las dificultades técnicas y el esfuerzo que conllevan. Además, se presentará a Canarias como un laboratorio hidrogeológico, donde se puede observar y estudiar sobre el terreno y donde hay conocimiento como para transferirlo a otras instituciones y grupos de investigación.

El conocimiento hidrogeológico de las Islas, dice Santamarta, «es muy importante y transferible a otros archipiélagos similares». Su grupo de investigación acaba de desarrollar trabajos en la isla de Malabo (Guinea Ecuatorial), donde su experiencia con las islas volcánicas ha sido fundamental para el análisis de las captaciones y la mejora del suministro de agua a la población.

Las galerías de agua, asegura Santamarta, «también pueden ser la solución para el desarrollo de islas como Malabo, lo mismo que lo fue en Canarias en los años 20 del siglo pasado».

El ciclo de conferencias La cultura minera del agua en Canarias, además de dar a conocer cómo se extrae agua del subsuelo en Canarias, servirán de marco para la presentación del último libro de Juan Carlos Santamarta Tratado de Minería de Recursos Hídricos en Islas Volcánicas Oceánicas. Conferencias y libro forman parte de una estrategia de cooperación internacional que han llamado Un libro un pozo.

 

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