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Prever la escasez de agua en el futuro

Comprender los vínculos entre los sistemas humanos y los naturales es fundamental para poder determinar las falta del líquido potable en las regiones

Comprender las interacciones con mucho nivel de detalle entre la naturaleza y las personas es esencial para determinar si una región sufrirá escasez de agua en el futuro, según revela un estudio que se publicará la próxima semana en Proceedings of the National Academy of Sciences.

Hasta 2.000 millones de personas en todo el mundo se enfrentan a escasez de agua ahora y en el futuro, dice el autor principal del estudio, William Jaeger, economista de la Facultad de Ciencias Agrícolas de la Universidad Estatal de Oregón (OSU, en sus siglas en inglés), en Estados Unidos. La escasez emergente está ligada a factores como el crecimiento de la población, el aumento del nivel de vida y el cambio climático.

“Las recientes sequías en todo el oeste han puesto de manifiesto la vulnerabilidad de las economías altamente desarrolladas a la escasez de agua –apunta Jaege–. Y el cambio climático sólo aumentará la necesidad de anticipar la escasez de agua en todo el mundo”. A su juicio, es una tarea desalentadora porque las interacciones entre el suministro de agua natural y las demandas de agua humana son complejas e implican “vínculos y retroalimentaciones” que son difíciles de anticipar.

El documento, de título Encontrar la escasez de agua en medio de la abundancia utilizando modelos de sistemas humanos-naturales, se basa en un gran estudio de modelaje de seis años, llamado Willamette Water 2100, que proyectó la escasez de agua en la cuenca del río Willamette en el oeste de Oregón hasta el año 2100. Los investigadores desarrollaron un modelo informático llamado Willamette Envision para representar las interacciones a nivel de detalle entre el suministro de agua natural de la cuenca y las demandas de agua del sistema humano.

“Modelamos los flujos diarios de agua hasta el nivel de alcance y parcela del arroyo –dice Jaeger–. Modelamos la cantidad de agua desviada hacia un campo de un agricultor determinado en un día concreto, reflejando lo que ese agricultor había plantado y cuándo llovió por última vez, y teniendo en cuenta las ganancias probables y la prioridad del derecho del agricultor. Este nivel de detalle es raro en un modelo, especialmente teniendo detalles similares de las partes naturales y humanas del sistema”.

La coinvestigadora del proyecto Anne Nolin, hidróloga de OSU, señala que el equipo aprendió elementos de este modelo acoplado que no podrían haber aprendido de las proyecciones de la dinámica natural o sólo de los sistemas humanos. Willamette Water 2100 modeló 20 escenarios diferentes basados en una variedad de suposiciones, incluyendo supuestos de bajo, mediano y alto crecimiento poblacional y de ingresos, y de bajo, medio y alto calentamiento provocado por el cambio climático.

La economía, relevante para comprender la escasez de agua

Un hallazgo clave del estudio fue la importancia de la economía para comprender la escasez de agua. “El agua es muy abundante en la cuenca en general –afirma Jaeger–, pero debido al costo de almacenar y transportar agua, la escasez puede se puede producir en lugares o tiempos específicos, incluso si se puede encontrar agua en exceso en otros momentos o en otros lugares”.

El modelado arrojó algunos hallazgos contra-intuitivos, según Jaeger. Uno fue que la expansión urbana podría resultar en un menor uso general de agua, en lugar de más, porque un acre de casas consume menos agua que un acre de campos irrigados. “El crecimiento y la expansión urbanos significan una mayor demanda de agua –afirma Jaeger–, pero nuestro modelo mostró que parte o todo de este aumento podría compensarse cuando se desplace el riego cercano”.

Otro hallazgo revelador fue que la cantidad de agua consumida por los bosques y el agua que queda en los arroyos para proteger el hábitat de las especies de peces amenazadas según la ley federal, supera con creces la cantidad de agua que se consume en las ciudades y las granjas.

 

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