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El futuro del agua es digital

El agua es uno de los recursos más valiosos que tenemos como seres humanos y el medioambiente precisa de medios que permitan afrontar la lucha contra el cambio climático con garantías de éxito. En este sentido, la Agenda 2030 marca los retos que tenemos como sociedad a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), donde el agua es uno de sus pilares fundamentales. Según datos de Naciones Unidas, una de cada tres personas no tiene acceso al agua potable salubre en nuestro planeta, con lo que una gestión correcta de este recurso es clave para lograr un acceso universal y equitativo al agua y a servicios de saneamiento adecuados a nivel global, contribuyendo además de manera crítica a otros Objetivos de la misma agenda como la erradicación del hambre, la pobreza o la gestión de ciudades sostenibles.

En los últimos años, ha quedado patente que la tecnología y la ciencia son armas fundamentales de las que disponemos para lograr estos objetivos. La aceleración exponencial de tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), los gemelos digitales, el cloud, la ciberseguridad y la inteligencia artificial, nos brinda la oportunidad de desarrollar servicios digitales que contribuyan a asumir este reto tan complejo, pero tan ilusionante a la vez.

Estas tecnologías se aplican a todo el ciclo integral del agua, integrando sensores inteligentes con plataformas y nuevas conectividades que generan un alto impacto en la gestión de estas infraestructuras, y que son ya una realidad. Los gemelos digitales, por ejemplo, generan simulaciones virtuales que nos permiten anticipar comportamientos ante posibles eventos inesperados en la red. La sensorización de la red, a su vez, nos permite tener mucha más información en tiempo real y centralizada, a través de herramientas digitales que nos posibilitan controlar la calidad del agua y los vertidos, así como optimizar el funcionamiento de las plantas. Los contadores inteligentes constituyen uno de los casos de mayor impacto. Estos medidores, conectados en tiempo real, nos permiten visibilizar lo que está pasando en la parte más capilar de la red, aguas abajo, lo que tiene un gran potencial para la detección temprana de millones de pequeñas fugas y, por tanto, para lograr una mejor gestión del servicio al ciudadano y un importante ahorro en los consumos, que en algunos casos llegan a superar el 20%.

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UN CONTENIDO DE: Alfredo Serret