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Los retos del agua en las Islas Canarias

Un artículo de Juan Carlos Santamarta Cerezal

Escribir sobre el ciclo integral del agua en las Islas Canarias no es fácil. La gestión y aprovechamiento del agua forma parte de la historia y el patrimonio hidráulico de las Islas Canarias, existen unos vínculos históricos, sociales y afectivos en toda la sociedad canaria difíciles de comparar con otro lugar del mundo. La economía y progreso que disfrutan actualmente los habitantes de las Islas no se podría entender sin el desarrollo de unas técnicas singulares para captar y aprovechar hasta la última gota de agua extraída de las entrañas de la tierra. Esa evolución en el aprovechamiento del agua ha seguido hasta nuestros días, con la producción industrial de agua a través de la desalinización del agua del mar. Donde la tecnología desarrollada en las Islas y sus ingenieros, reconocidos a nivel mundial, han tenido mucho que ver. Sobre todo, en las islas donde los recursos naturales no daban más de sí por un crecimiento (urbano y turístico) y la demanda de recursos hídricos que crecía año tras año.

Las Islas Canarias, situadas en el océano Atlántico, son de origen volcánico. Esto implica una heterogeneidad en sus paisajes, orografía y materiales que se han ido apilando de una manera caótica en las diferentes erupciones volcánicas que han acontecido a lo largo de su historia, al formarse las islas, las primeras hace unos 20 millones de años. Por lo tanto, tampoco se puede hablar de unas islas homogéneas, en relación a sus recursos hídricos disponibles y su manera de aprovecharlos. En base a esta premisa, se puede hablar de 8 islas y de 8 formas diferentes de entender el agua, su aprovechamiento y gestión. Así pues, la primera diferencia es una situación geográfica dentro del archipiélago. Por un lado, tenemos un grupo occidental de islas (Hierro, La Palma, Gomera y Tenerife), con mayores precipitaciones, juventud geológica, lo cual implicaría una mayor infiltración y, por tanto, mayores recursos subterráneos. Por otro lado, estaría el grupo oriental (Gran Canaria, Fuerteventura, Lanzarote y La Graciosa), con menores precipitaciones, islas con una edad geológica mayor, más erosionadas y menor orografía, son las islas más cercanas al desierto del Sahara, aunque Gran Canaria podría considerarse un modelo mixto. La isla de La Graciosa se abastece mediante un trasvase de agua, por tubería, desde la cercana Lanzarote.

En las islas oceánicas, tales como Madeira (Portugal), Azores (Portugal), Hawái (EE.UU.), Jeju (Corea del Sur) o Fiji, destaca el sector primario, así como un potente sector de servicios orientados al turismo. El archipiélago canario sigue ese patrón comentado, la mayor parte de los recursos hídricos captados se destinan a la agricultura, salvo en la isla de Lanzarote, donde el urbano, conjuntamente con el turístico, es el de mayor cuantía. En general, en las Islas Canarias (y en otros sistemas insulares), el turista consume más recursos hídricos que los residentes.

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