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La Huella Hídrica siempre estuvo ahí

bg-logoLa metodología de la Huella Hídrica parece estar hoy más que nunca en boca de todos. En el sector ambiental es un tema de moda, más aún tras la reciente publicación de la norma ISO de huella del agua. Existen todo tipo de puntos de vista, a favor y en contra, diferentes metodologías, pero la verdad es que es el producto de algo que ya venimos haciendo desde hace siglos; tratar de gestionar este preciado y limitado recurso de la mejor manera posible, en favor de nuestros intereses.

Lo que pasa es que esos intereses también han evolucionado a medida que nuestra sociedad ha evolucionado. Pero siempre hemos intentado poner medios para gestionar el agua. La Huella Hídrica, de una forma u otra, siempre estuvo ahí.

  • Desde las primeras civilizaciones el hombre siempre buscó lugares con agua,originándose las primeras civilizaciones entre los ríos Tigris y Éufrates. Siempre ha sido el recurso fundamental para cubrir nuestras necesidades básicas. Seguramente la ciudad/pueblo desde la que leas esto nació en ese preciso lugar por algún motivo relacionado con el agua.

En el antiguo Egipto ya habían comenzado a actuar a nivel de cuenca, dominando las aguas del Nilo para poder sobrevivir

  • En el antiguo Egipto ya habían comenzado a actuar a nivel de cuenca, dominando las aguas del Nilo para poder sobrevivir. Desde tiempos primitivos ya contaban con figuras administrativas cuyo cometido era controlar las crecidas del río y desarrollar sistemas de canalización que permitieran llevar el regadío a las tierras, y dispositivos para llevar un control de los niveles alcanzados por el río cada año, los llamados “Nilómetros” algunos datan de más de 4000 años de antigüedad. Ya entonces hacían más o menos lo que hacen nuestras confederaciones hidrográficas hoy en día.
  • Algunas civilizaciones precolombinas como los Incas tenían el reto de dominar el agua en un relieve altamente irregular, donde el agua es difícil de controlar entre los escarpados valles andinos. Por ello crearon canalizaciones y terrazas en las laderas que permitían aprovechar mejor el agua y aumentar su producción agrícola, mejorando así las condiciones de vida de su pueblo.
  • De todos es sabido que los romanos fueron unos auténticos maestros en lo referente al dominio del agua. Y no hace falta irse a Roma para ver algún ejemplo de infraestructuras hidráulicas adelantadas a su tiempo. En muchos rincones de nuestra geografía, como en la pequeña localidad de Santa Lucía en la provincia de Cádiz, ya habían creado acueductos para optimizar el regadío de la zona y posteriormente se aprovecharon esos acueductos para, aprovechando el desnivel, instalar molinos de agua para la producción de harina. Una vez más, optimizar los recursos hídricos para la producción de alimentos y consecuentemente mejorar de la calidad de vida de los habitantes.
  • En las zonas más desérticas de la India se han hecho desde hace siglos auténticas maravillas para recolectar agua de lluvia y poder disponer de ella todo el año. Un ejemplo son los “kunds”, impresionantes construcciones que pueden captar agua de lluvia mediante canalizaciones a decenas de kilómetros para almacenarla en asombrosas estructuras impermeabilizadas a la perfección poder abastecer a pueblos enteros en épocas de sequía. Ya en 1847 los expertos locales, sin influencia de colonias extranjeras, crearon la primera facultad de ingeniería en su pueblo, en mitad del desierto.
  • Y así llegamos hasta nuestros días, heredando ese conocimiento de cientos de años. La ingeniería hidráulica siempre ha estado ahí, modificando nuestra Huella Hídrica a lo largo de la historia. Cuando hablamos de agua o de Huella Hídrica, no podemos olvidar que ingeniería y gestión van de la mano,  ya que uno de los pilares básicos para mejorar la gestión del agua es la ingeniería.

La Huella Hídrica es una herramienta de gestión que surge tras siglos de tratar de dominar el agua y hacer con ella lo que más nos favorezca. Tras este largo aprendizaje y gracias al trabajo de expertos en agua desde la prehistoria hasta nuestros días, tenemos la oportunidad de conocer dónde, cómo y en qué cantidades estamos consumiendo y/o contaminando agua. Pero la Huella Hídrica va más allá, también nos permite conocer de qué modo esa actividad está causando un impacto no sólo sobre el propio recurso y su entorno natural, sino sobre nuestra sociedad, nuestra economía, nuestros alimentos, nuestra higiene…

El ritmo de crecimiento de nuestra población y nuestra sociedad de consumo ha llegado a un punto en el que no hay otra opción que gestionar el agua de manera eficiente para hacer que este mundo en el que vivimos sea sostenible. A pesar de nuestra historia en dominio del agua, se han cometido auténticas atrocidades por no aprovechar el agua en favor de la erradicación del hambre y la malnutrición, o la conservación de nuestros ecosistemas, fundamentales para nuestra existencia, y sí en favor de la sobreexplotación para producir más y más. Se debe actuar inteligentemente y de manera integradora.

Representación gráfica de un kund: Los 4 lados representan las escaleras y los árboles sobre ellas, las 4 esquinas las flores que nos ofrecen sus fragancias, y en el centro el agua como el centro de nuestras vidas.
Fuente: https://www.ted.com

La Huella Hídrica, aunque siempre haya estado ahí, hoy nos ofrece la oportunidad de utilizar su metodología, fruto de todo este conocimiento y la experiencia, para conseguir una gestión eficiente de este recurso limitado e imprescindible.

Fuente Iagua: http://www.iagua.es