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La Cámara Insular de Aguas ve innecesarias las desaladoras

La Isla podría prescindir de ellas si aplica un plan urgente de saneamiento y depuración y desarrolla medidas para erradicar las pérdidas de agua en las redes de abastecimiento público.

La Cámara Insular de Aguas de Tenerife insiste en que la actividad privada suministra el 84% (148,85 millones de metros cúbicos al año) del agua de la Isla y deja claro que demanda un plan urgente de saneamiento y depuración para Tenerife “que, sumado a medidas para erradicar la pérdida de agua de las redes de abastecimiento público -asegura que en muchos casos es más del 50% del agua distribuida- y contando con la producción subterránea de agua, haría innecesario el funcionamiento de las desaladoras”.

Este pronunciamiento responde a la afirmación del consejero de Aguas del Cabildo, Manuel Martínez, de que la merma del caudal aportado por aguas subterráneas respecto al año 2012 (4,8 hectómetros cúbicos al año o el 3% de reducción) “obedece, entre otros factores, a la falta de interés por esta actividad por parte del sector privado, al elevado coste de la perforación y las exigencias derivadas de la seguridad, además de la alta salinidad de las captaciones, sobre todo, de los pozos”.

Es el primer aspecto el que motiva a la Cámara de Aguas de Tenerife a defender al sector, preguntándose que “si a lo largo de los años los puntos de excavación pasaron de 1.520 a 624, como se afirma, ¿qué pasó con las 1.096 galerías y pozos que no producen agua o que nunca la produjeron, pese a perforar 5.000 o más metros en su busca?”.

Pese a tantos fracasos o frustraciones, “aún hoy se sigue perforando e invirtiendo en obtener nuevos caudales o mantener el volumen de los existentes. La iniciativa privada en ningún momento ha perdido interés en continuar con su actividad”.

En lo que sí coincide la Cámara con el consejero insular es en la dureza de los trabajos en galerías y pozos, “en la necesidad de implementar las inversiones, maquinarias y medidas de seguridad según se perfora o profundiza”, así como en “el incremento de costes por presencia de gases mefíticos o anhídrido carbónico”. La conclusión de ambas partes es que “todos estos condicionantes han provocado que se encarezca el trabajo en el interior de las galerías”.

La Cámara de Aguas participa de la afirmación de Manuel Martínez de que “el agua subterránea es básica en Tenerife” y entiende que el sector es estratégico y que, como tal, “debería contar con el apoyo explícito y las garantías suficientes para que siga siendo viable invertir en el mismo con la debida implicación de las administraciones públicas para facilitar esta actividad”.

Este colectivo considera que ello debe hacer desde el punto de vista de “garantizar posibles inversiones a futuro por medio del marco legislativo correspondiente, desde el punto de vista fiscal, y hasta la concesión de ayudas acordes a la importancia de la actividad que el sector presta en la satisfacción de una necesidad esencial”.

La Cámara no duda en afirmar que los beneficios medioambientales (consumo energético y emisiones de CO2, por ejemplo) de la producción de agua subterránea son otro factor en detrimento de las desaladoras.

Las insatisfacciones

En la actividad hay otras causas que generan “insatisfacción en las comunidades de aguas y partícipes”. Uno de esos aspectos es que a partir de 2040 “todas las aguas serán públicas, pues aunque existe la posibilidad de obtener una concesión, están en el vacío los términos de ésta que, como toda concesión, dependerá de la discrecionalidad de la parte concedente”. A ello suman la poca diligencia del Consejo Insular de Aguas de Tenerife (Ciatf) para resolver peticiones; la demora de las administraciones en resolver cuestiones medioambientales; el silencio administrativo negativo en toda la materia de aguas dejando inermes a los administrados así como la “amenaza sobre el status que ha venido manteniéndose por muchos años” que supone la actividad del Ciatf en la desalación y reutilización de las aguas residuales y el próximo incremento de unas y otras.

Más inversiones

“El sector no ha caído en ninguna situación de dejación o abandono de sus instalaciones, sigue invirtiendo en aquellas obras de previsible rentabilidad y, fundamentalmente, en el mantenimiento de unos caudales esenciales para la supervivencia de los seres humanos y sectores económicos de esta Isla”, concluye la Cámara Insular de Aguas de Tenerife

 

Fuente: El Día