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Agua: El futuro que queremos

bg-logoNo cabe duda de que es necesario recuperar un planteamiento técnico y riguroso en el sector del agua. Más que necesario es crítico, dada la situación actual de las reservas en algunas cuencas, sobre todo en el sureste español.  La gestión sostenible del agua solo es posible a partir de un sistema de gobernanza que nos permita alcanzar el equilibrio entre los objetivos socio-económicos de crecimiento y los objetivos ambientales. Como afirma el prestigioso ingeniero hidráulico Tomás A. Sancho Marco (y un servidor suscribe), “La ordenación y gestión del agua debe ser considerada como una cuestión de Estado, estratégica, que persiga la garantía de la seguridad hídrica en todo el país en un marco general de sostenibilidad ambiental y equilibrio territorial y administrativo, superando los planteamientos territoriales y las visiones sectoriales.”

Nuestro país posee un importante parque de obras hidráulicas que ha permitido paliar los efectos de la irregularidad espacial y temporal de las precipitaciones que caracteriza nuestro territorio. Así, la posibilidad de almacenamiento y laminación que ofrecen los embalses españoles (¡qué habría pasado estos últimos años sin los embalses de regulación hiperanual!), el uso conjunto de los recursos superficiales y subterráneos, las actuaciones sobre la demanda, el uso de técnicas no convencionales, etc. han generado un abanico de posibilidades que, adaptadas las particularidades de cada región, han permitido satisfacer las demandas de agua con un alto nivel de garantía para la mayoría de usuarios. El uso de estas infraestructuras no sólo ha permitido aumentar las garantías, sino que también ha servido para mantener caudales ecológicos en muchos puntos que anteriormente sufrían marcados estiajes o mejorar la calidad del agua en humedales de gran valor ambiental.

La ordenación y gestión del agua debe ser considerada como una cuestión de Estado, estratégica, que persiga la garantía de la seguridad hídrica en todo el país en un marco general de sostenibilidad ambiental y equilibrio territorial y administrativo, superando los planteamientos territoriales y las visiones sectoriales

Sin embargo, este tema vital se ha convertido muchas veces en objeto de debate por voces no siempre solventes en lo que al planteamiento técnico se refiere. Voces que claman por un análisis holístico como excusa para relegar el análisis técnico, como si fuera más importante la forma que el fondo. En otros sectores quizá pueda ser así. Pero en el sector del agua no puede ser de ninguna manera. El usuario final necesita tener el agua en su punto de consumo, y ha de ser el planteamiento técnico el que de la mejor solución, y a partir de ahí se desarrolle la misma minimizando los impactos negativos que pudiera tener esta solución y modificando lo que sea preciso. Lo que no puede ser de ninguna manera, es que la solución al problema salga de otros condicionantes y se revista de un planteamiento técnico falaz. En este sentido, y disculpen la autocita, recomiendo la lectura de mi post “Releyendo al Juan Benet Hidráulico”.

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