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El mundo sufre una falta crónica de financiación para infraestructuras hídricas

Un artículo de Cristina Novo

La falta de financiación ha afectado a las infraestructuras hídricas durante décadas; el resultado es que la población de muchos países no tiene acceso a agua y saneamiento, con lo que aumenta el riesgo de contagio durante la pandemia de coronavirus, informa The Guardian.

Lavarse las manos es la primera medida para prevenir el contagio del coronavirus, pero el 75% de los hogares en países en desarrollo no disponen de agua ni jabón para hacerlo, según la ONG WaterAid. Además, alrededor de un tercio de los centros de salud en países en desarrollo tampoco tienen agua limpia. En este sentido, como señala Tim Wainwright, director ejecutivo de WaterAid, “la crisis del coronavirus pone en evidencia lo vulnerable que es el mundo”.

El Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos, presentado este pasado domingo con motivo del Día Mundial del Agua, advierte de esta falta crónica de financiación para infraestructuras hídricas en el mundo. Según el redactor jefe del informe Richard Connor, la razón es que no se ha hecho hincapié en los beneficios económicos del agua y el saneamiento. Agua y saneamiento se perciben como cuestiones sociales y ambientales, no como una cuestión económica, como es el caso de la energía.

Además, aunque la población puede estar dispuesta a pagar por tener agua corriente en casa, a menudo se piensa que las aguas residuales no son problema nuestro. Así que se convierten en un problema de las autoridades, que, nuevamente, no reconocen la importancia económica que tiene la depuración. Se tiende a considerarla como una cuestión medio ambiental, de baja prioridad.

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