PLAN TRANSFORMA GRAN CANARIA 2017

El agua en Gran Canaria

Un artículo de Antonio Morales

La escasez de agua es uno de los grandes problemas mundiales. Un suministro adecuado de agua potable es imprescindible para la salud, para la agricultura y para la industria. Según los datos del World Resources Institute (WRI) más de 1.000 millones de personas viven en regiones con insuficiencia de agua y hasta 3.500 millones podrían no tener las cantidades suficientes de este elemento en 2025. Sin llegar a los niveles de otras partes del mundo, lo cierto es que los recursos hídricos siempre han sido una importante y permanente fuente de preocupación en el archipiélago, especialmente en Gran Canaria y por ese motivo en las últimas décadas se ha destinado una importante inversión, pública y privada, para cubrir la demanda.

Esta constante preocupación por el agua ha resurgido con fuerza en las últimas semanas debido a la persistente sequía que estamos sufriendo en Canarias, con precipitaciones que están un 75% por debajo de lo que deberían en esta época del año. Esta escasez de lluvias está generando alarma entre la población y sobre todo preocupación por el riego de cultivos de medianías y cumbre. La situación ha llevado a algunas organizaciones a pedir la declaración de emergencia hídrica, pero desde el Cabildo hemos explicado que no se dan las condiciones para adoptar tal decisión, dado que el agua de abasto para la población está garantizada. Es más, una declaración de emergencia perjudicaría notablemente a la agricultura.

A pesar de la garantía del agua de abasto, lo cierto es que el cambio climático acentuará las sequías haciéndolas más frecuentes y persistentes, por lo que necesitaremos “fabricar” más agua potable. El problema histórico del agua ha hecho que Canarias sea la comunidad con más experiencia en la explotación de plantas desalinizadoras. Desde que se construyera la primera en 1964, en las islas hemos utilizado casi todas las tecnologías de desalinización existentes. Es más, las Islas Canarias son el espacio territorial con mayor densidad de desaladoras por km2 en el mundo, con más de 300 plantas en explotación con una capacidad instalada de 600.000 metros cúbicos por día. Pero hoy por hoy los procesos de desalación tienen un alto coste de producción, y, en particular, un elevado consumo energético. Según un informe del instituto tecnológico de Canarias (ITC) producir agua desalinizada genera una dependencia energética en las islas de un 10% de la energía puesta en la red insular.

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