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Asaga, Cabildo y ayuntamientos buscan soluciones de emergencia contra la sequía

 

Las alarmas han saltado en Tenerife, especialmente en la Isla Baja y en las medianías y zonas altas del sur de la Isla por la falta de lluvias. Otoño pasó con más pena que gloria y la comarca empieza a asumir que este será un nuevo annus horribilis, especialmente para el campo, que en el último lustro apenas ha visto caer agua sobre las cosechas. La preocupación es máxima, hasta el punto de que la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias (Asaga), el Cabildo y varios ayuntamientos buscan conjuntamente soluciones urgentes ante la gravedad de la situación.

Para la presidenta de la patronal agraria, Ángela Delgado, la ausencia de precipitaciones durante el otoño (la estación en la que suele llover más) coloca a municipios como Vilaflor y San Miguel de Abona en una situación “insostenible”. La peor parte se la lleva el municipio más alto de Canarias, único hasta ahora de Tenerife que sufre desde el pasado verano cortes de suministro a su población, además de restricciones para la agricultura.

La balsa de Trevejos, principal fuente suministradora para el riego de la comarca, solo almacena 10.000 metros cúbicos de agua, es decir el 4% de su capacidad total, que es de 278.000 metros cúbicos. Corren peligro de perderse 700 hectáreas de viñedo y la próxima siembra de papas, principales cultivos de Vilaflor. El factor de la altitud hace inviable el bombeo de agua desde las desaladoras de la costa, por lo que la dependencia de las galerías es absoluta.

Su alcaldesa, Agustina Beltrán, reclama soluciones urgentes. “Pedimos medidas de emergencia, porque no podemos esperar. No nos vale que las soluciones lleguen dentro de un año porque, además de los problemas que sufren nuestros vecinos, la viña se nos va al traste y ningún agricultor va a comprar semilla sin saber si la pueden sembrar o no”.

Ante este panorama, la Asociación de Agricultores y Ganaderos de Canarias convocó una cumbre en las instalaciones de la Cooperativa de San Miguel, a la que asistieron el presidente del Cabildo, Carlos Alonso; el consejero insular de Agricultura, Jesús Morales; el gerente de Balsas de Tenerife, Escolástico Aguiar, y los alcaldes de San Miguel de Abona y Vilaflor, Arturo González y Agustina Beltrán, respectivamente.

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En ese encuentro, Ángela Delgado, pidió que “en ningún caso las medidas que se pongan en marcha supongan un sobrecoste para el agricultor, que bastante tiene con los perjuicios causados por la pérdida de rentabilidad”.

Por su parte, el presidente del Cabildo manifestó a DIARIO DE AVISOS que entre las soluciones que se barajan está “potenciar el bombeo desde la estación de Fonsalía a Lomo del Balo, en Guía de Isora, de forma que se pueda intercambiar el agua que necesitan los agricultores en la zona de medianías y en primera y segunda línea de costa, que es zona de plátanos, y que hoy se riega con agua de la galería Niágara”.

 

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