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El agua que se desperdicia en un año serviría para llenar tres veces el Gorg Blau y Cúber

el-mundoLa Comisión del Impulso del Turismo Sostenible ha señalado como proyecto prioritario la reducción de las fugas de agua en las red de distribución. Un informe elaborado en 2010 por la UIB concluía que una cuarta parte del agua potable de Baleares se pierde por deficiencias en las redes de distribución. El estudio es de hace seis años pero la situación apenas ha variado desde entonces. Palma pierde un 27% del agua en sus redes y teniendo en cuenta que el consumo en la capital balear representa casi la mitad del consumo total que se realiza en Mallorca, las fugas son especialmente notables. Los palmesanos consumen unos 47 millones de metros cúbicos al año.

Actualmente, de los 100 millones de metros cúbicos de agua que circulan en Mallorca por las redes de distribución, sólo 74 llegan a su destino. El agua que se pierde serviría para llenar casi en tres ocasiones los embalses de Gorg Blau y Cúber. La situación es peor aún en Menorca, donde las fugas en las redes de suministro son del 30% mientras en Ibiza son del 29% y en Formentera del 27%. Especialmente graves son los casos de Ariany, Artà, Campos, Consell, Esporles, Inca, Lloret, Llubí, Mancor, Maria, Selva y Sineu, donde se pierde más del 40% del agua en cada uno de ellos por deficiencias en sus obsoletas redes de distribución. En el extremo opuesto figuran municipios con más de un 80% del agua aprovechada como son Búger, Escorca, Calvià, Montuïri y Sant Lllorenç.

La valoración de las fugas de agua se efectúa midiendo la diferencia entre la cantidad de líquido que entra en la red de distribución y lo que finalmente factura la empresa responsable del abastecimiento, Emaya en el caso de Palma. Una mínima parte de lo que no se factura no son realmente fugas sino que corresponde al agua utilizada para el riego de calles, jardines y parques públicos.

Gracias a las obras realizadas en la red de Palma y de varios municipios, el nivel medio de pérdidas en la red se ha reducido mínimamente. Hace unos años se reparó toda la red de abastecimiento en el centro histórico, lo que permitió que las fugas totales bajaran por primera vez por debajo del 30% situándose ahora en el 27%.

Con estos datos, la reparación de fugas de las redes de abastecimiento debe ser una de las prioridades del Govern para combatir la grave sequía que afecta a las islas y más teniendo en cuenta que la escasez de precipitaciones puede repetirse en los años venideros al tiempo que la demanda de agua aumenta progresivamente.

El Plan Hidrológico de Baleares aprobado en 2015 fijó como objetivo alcanzar un valor máximo de pérdida del 20% para 2021. La reparación de las fugas en la red corresponde a los ayuntamientos si bien pueden contar para ello con ayudas del Govern y de los consells insulares. Es de esperar que las ayudas vayan en aumento una vez que se ha decidido destinar parte de la recaudación de la ecotasa a este cometido. El Consell de Mallorca dispone de 1,5 millones de euros para ayudar a los municipios que soliciten ayudas para reformar la red de distribución de agua

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