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El agua perdida en España durante su distribución equivale a varios embalses llenos

Durante los periodos de sequía se ponen encima de la mesa todas las soluciones posibles para garantizar todas las demandas. Desgraciadamente, sólo se puede recurrir a actuaciones de rápida aplicación como el fomento del ahorro, optimizar el uso del agua, recuperar pozos y captaciones en desuso y fomentar la producción del agua desalinizada en aquellas zonas donde sea posible. Finalmente, si las lluvias no hacen acto de presencia se tiene que recurrir a las soluciones más dramáticas, como los cortes del suministro de agua o el abastecimiento con camiones cisterna.

España cada vez está más condicionada por los periodos de sequía y como muestra sólo cabe analizar la actual situación de los embalses del país. En estas situaciones se analiza la cantidad de agua que hay almacenada y de cuánto tiempo se dispone de recurso para garantizar las demandas, así como otras soluciones paliativas. Cuando la sequía nos condiciona de lleno, es complicado llevar a cabo grandes infraestructuras para incrementar la disponibilidad de agua. Construir una desalinizadora es un proceso largo y costoso, así como también la idea de llevar a cabo un trasvase.

El volumen de agua que se pierde en las redes de suministro supera de mucho la capacidad total de los embalses de las cuencas internas catalanas (8 con capacidad conjunta de 700 hm3) o de grandes presas como Alange, Alarcón o Gabriel y Galán

Mejora de las redes de suministro

El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el año pasado la encuesta sobre el suministro y saneamientodel agua en 2014. En este análisis se destaca que en 2014 se suministraron 3.214 hm3 de agua a través de las redes de abastecimiento, 3 hm3 más que en el año 2014. Sin embargo, también se nos da un dato que nos debe preocupar: en 2014, se contabilizaron 1.058 hm3 de agua no registrada. Eso significa que se pierde este volumen, que supone un tercio del total de agua suministrada).

Fuente: INE

Para hacernos una idea de la magnitud de esta cifra, lo podemos comparar con la capacidad total de los embalses de las cuencas internas catalanas, que disponen de una capacidad de casi 700 hm3 repartidos entre ocho embalses, o pantanos como los de Alange (852 hm3) y Orellana (808) en la cuenca del Guadiana, Alarcón (1118 hm3) en Castilla la Mancha o Gabriel y Galán (911 hm3) en Extremadura.

Pérdidas reales y aparentes

El análisis del INE, cuando hace referencia a este volumen de agua que se pierde por el camino, hace la distinción entre pérdidas reales (fugas, roturas y averías en la red de suministro), que contabilizan unos 651 hm3, mientras que las pérdidas aparentes (errores de medida, fraudes y consumos no medidos) fueron 407 hm3.

A pesar de la distinción, es agua que al fin y al cabo se pierde y no llega a su destino.

 

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